La búsqueda de cachés es un juego a nivel mundial, que con la ayuda de sistemas GPS y por medio de receptores portátiles localiza cofres escondidos. Un jugador local oculta un cofre de tamaño y forma variadas en lugares singulares, históricos, de belleza natural, curiosos etc. El contenido es libre, aunque siempre debe encontrarse un libro de registro y no suelen faltar pequeños regalos, la información referente al escondrijo y su motivación es publicada en la red en alguna de las plataformas de juego, a la que jugadores registrados, de cualquier parte del mundo tienen acceso. El jugador que decide ir a buscarlo descarga la información y la posición a su receptor GPS y se lanza a la captura de los tesoros; si consigue encontrar el contenedor intercambia regalos de similar valor y registra su visita en el libro de registro y posteriormente en la web correspondiente.
Plataformas de juego como Terracaching o Geocaching están presentes en la zona, permitiendo a través de la búsqueda de cachés, conocer el territorio en más profundidad, de manera amena y divertida desvela leyendas, lugares, historias, parajes singulares o curiosos, solitarios y casi olvidados, poniendo en común los conocimientos de los jugadores locales, brindando a los forasteros una manera segura de descubrir sitios que solo los lugareños conocen alejados de los tradicionales y mas turísticos. A los autóctonos les sirve de refuerzo de su identidad, de confianza en su comunidad y conocimiento de su historia y de vivencias que perduran solo en la memoria de algunos.
La búsqueda de cachés a pié en una actividad lúdica especialmente indicada para niños y para personas inquietas que desean interactuar con el entorno físico y cultural de una manera más directa, interactiva, aportando puntos de vista de personas de muy diferentes lugares. La práctica del ciclismo por si sólo permite disfrutar y conocer el entorno de una manera más amplia. Uniendo la pasión por la bici a la búsqueda de cachés, se puede ampliar el radio de búsqueda sin necesidad de utilizar los vehículos motorizados, a la vez que el trayecto entre uno y otro aumenta la diversión y el disfrute de lugares y recorridos que desde el coche pasan desapercibidos.
Muchos cachés están colocados en lugares por los que pasan las rutas, algunos algo más distanciados, todos ellos accesibles para los ciclistas. Existen otros que están distantes y están mas indicados para practicantes de montañismo siendo difícil su acercamiento con las bicicletas.
Para practicar bicicaching es necesario planear con atención las rutas, teniendo en cuanta y añadiendo, a la dificultad propia del recorrido en bicicleta, la del acercamiento a los cachés y el tiempo empleado en localizar y registrar el hallazgo, con lo que una ruta se puede convertir en excesiva si se quiere abarcar una gran cantidad de cachés. Hay que prestar atención a la desactivación provisional o definitiva de los cachés antes de proceder a su búsqueda.